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Dolor de estómago

De más está que me digan que esto que escribo no sirve para nada. Ya lo sé. Desde chica he sentido una repugnancia en la boca del estómago, una náusea, ante argumentos pretendidamente lógicos o correctos sustentados en una falacia. Lejos de desaparecer con el tiempo y la supuesta madurez, esta náusea ha ido en aumento a pesar de la confrontación casi diaria con este tipo de situación. Esto hace de mí, bajo una apariencia pacífica y diplomática, una persona fundamentalmente intolerante que considera imbecilidades de la peor especie ideologías y supersticiones por las que millones de individuos están dispuestos incluso a morir. Me repugnan: el neoliberalismo, el nazismo, el peronismo, el capitalismo, el estalinismo, el fundamentalismo islámico, el catolicismo apostólico y romano, el separatismo flamenco y cualquier otra creencia que se arrogue el privilegio de ser dueña de la verdad absoluta. Me dirán que qué puede haber en común entre un neoliberal y un fundamentalista. Les contestaré:

aves rapaces

al equipo psiquiátrico del UZ Jette con el parco deseo de que la vida se los devuelva aves rapaces dejan caer los niños desde la altura aves rapaces con sus garras envueltas en guantes blancos atrapan los niños soñolientos que creen en la fantasía feroces tras sus doctoradas gafas escudriñan sus gestos sin piedad con sus picos curvos proceden a arrancar los sueños escarban hasta encontrar los miedos que revuelven como tripas y desgajan el niño es presa de sus ávidas rapiñas que no sueñe que no pregunte que se le despoje de toda inocencia cuando triste y despedazado se rinda ellas gárgolas buitres carroñeras levantarán vuelo con la arrogante fatuidad de los poderosos y lo arrojarán al precipicio aves rapaces dejan caer los niños desde la altura 25/04/07

Eros en el refugio de Oriente

Dicen –pero circulan tantos rumores sobre los refugios- que en Oriente, en un lugar sin nombre, dejaron de nacer niñas. En una cultura donde se valorizaba sólo lo masculino como fuerza de trabajo y de pensamiento, cuando una madre sabía que tenía en su vientre una niña, abortaba, y sólo llevaba a término su embarazo cuando se trataba de un niño. Con el correr de los años, el desequilibrio entre los sexos alcanzó proporciones altísimas, a tal punto que los hombres comenzaron a disputarse los favores de las pocas mujeres y se desencadenaron guerras troyanas por los amores de las Helenas. Esto sucedía al tiempo que las autoridades tomaban medidas extremas, construían refugios subterráneos y obligaban a la población a trasladarse a ellos. Parece ser que en uno de estos refugios, como consecuencia de la distribución arbitraria, no quedó absolutamente ninguna mujer. Los varones aguantaron algunas semanas, después un grupo se escapó y, al abrigo de la oscuridad, raptaron a una jovencita, o qu

La luna

‘¿Cómo se llama eso que está en el cielo de noche ? De día es el sol, ¿de noche… ?’ La mujer me mira y sólo cuando le respondo, retoma el hilo de su discurso. ‘Eso que lleva ahí –señala mi colgante- parece una luna’. Estamos sentadas una frente a la otra en los asientos naranjas del Metro. Venía al parecer hablando con el señor que estaba sentado al lado mío y a quien oí anunciarle amablemente que bajaba, y despedirse. Eso fue hace un par de estaciones. Ahora comprendo que el hombre no la conocía más que yo, que la mujer habla con toda persona que se le pone delante. Su actitud, sin embargo, lejos de molestarme, me apacigua. Es quizás el tono melodioso de la voz, el ritmo lento buscando las palabras para contar una historia que parece preocuparla, o acompañarla, pero de la que no logro desentrañar más que frases sueltas, una casa, alguna persona en esa casa. Tendrá unos ¿sesenta ? años. Lleva el pelo corto y sin gracia. Mira a los ojos cuando habla con expresión a la vez inocente y ca

ideogramas

a diferencia de nuestro alfabeto, doblemente arbitrario ante lo que nombra -una primera vez arbitrario porque nada hay en el dibujo de las letras, salvo quizás la o, que se parezca al sonido representado, y una segunda, porque del trazado de cada palabra , mera adición de fonemas, podemos aún menos deducir de qué se trata-, la escritura china representa lo que significa. el chino, los chinos, dibujan cada palabra y cada dibujo o ideograma es la síntesis de un concepto. a lo largo de los siglos, de los milenios, un primer dibujo de un hombre o una montaña o un río o un árbol en particular ha ido evolucionando hasta llegar a ser todos los hombres o todas las montañas o todos los ríos o todos los árboles, de modo que cuando alguien lo mira sabe, sin que medie la reflexión, que es un hombre o una montaña o un río o un árbol. y no sólo eso, sino que también sabe qué es un hombre o una montaña o un río o un árbol. lo sabe porque el ideograma logra sintetizar los rasgos que hacen que un hom

a oscuras

la puerta se cierra sola con un clac y quedo sumergida en la oscuridad y el silencio. no enciendo la luz, apoyo el grabador sobre la mesa y respiro hondo mientras me dejo llevar por la fantasía de un viaje espacial. todos esos testigos y números encendidos en la pared de la izquierda han de ser el tablero de mandos de una nave, o estrellas, azules o rojizas, naranjas, que brillan en la noche. de la ventana llega un resplandor que sugiere las siluetas de los muchos grabadores, videos, radios, equipos y aparatos diversos que se apilan en estanterías hasta el techo. el técnico ha der ser feliz en esta sala, así, a oscuras, sintiéndose comandante secreto de una misión intergaláctica. también yo me estoy yendo a las estrellas. afuera, lejos, han quedado las clases iluminadas, las conversaciones, los corredores y las escaleras donde el eco multiplica las voces. ¿cuántos segundos dura el encantamiento ? sin el grabador, vuelvo a la puerta. con la luz que se cuela al abrirla desaparece el efec

la soledad de Maradona

en el patio de su casa un chico sueña que todos lo quieren el amor de los otros es tan grande que lo lleva en andas por las calles es feliz siente -cree- que su corazón está abierto a todos los hombres que todos leen en él la inocencia la confianza el amor transparente la soledad del chico en el patio es la de piaf en escena la de maradona en la cancha una entrega sin límites un vuelo una respiración inmensa dar todo lo que soy porque amo indistinta e infinitamente es más tarde que cae inexorable el analista que destripa el fenómeno la raya que limita la frontera que hiere la soledad que en torno a él se cierne un cerco un hasta aquí la piel que es el límite del cuerpo el chico que desplaza multitudes y montañas descubre que en última instancia más allá del vuelo y de la entrega está solo