instantánea

cuatro hombres posados en el tejado de la casa de enfrente. no puedo evitar mirarlos de reojo mientras, sentada en el sillón, el mismo en que se sientan los chicos a ver televisión, el mismo en que más de una vez he besado, recito el mantra de siempre. son jóvenes y guapos y, aunque estén arreglando el techo, parecen estar bailando una coreografía postmoderna con un bajo cielo nublado como telón de fondo.

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