La voz de una mujer en el teléfono mientras leo un cuento con Marie, que tiene 9 años y cuando corto me pregunta : ¿quién era ? ‘Una señora que quería clases de español’. Marie quiere enterarse un poco más de mi trabajo. Es bella como una bailarina, tiene ojos de cervatillo y hoy es apenas la segunda vez que nos vemos. Como mis hijos, vive una semana con el padre belga y la siguiente con su madre, española, buena madre, exigente y concienzuda de la necesidad de tener un buen nivel de idioma, razón por la cual he aparecido yo en su vida a leerle cuentos. Marie, baila cuando nos despedimos, no puede estarse quieta, parece Oliver. La señora del teléfono no ha vuelto a llamar, me pregunto si he sido demasiado brusca al responder que estaba ocupada, que llamara más tarde. No, finalmente parece que no, me contacta unos días después, no son para ella las clases, sino para Paul, su hijo adolescente. Quedamos para ese mismo día a las cinco y media. Pero vengo del cine y de un café con charla co
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